El aporte español y, en general europeo, a la Escuela cuzqueña de pintura, se da desde época muy temprana, cuando se inicia la construcción de la gran catedral de Cusco. Es la llegada del pintor italiano Bernardo Bitti en 1583, sin embargo, la que marca un primer momento del desarrollo del arte cusqueño. Este jesuita introduce en el Cusco una de las corrientes en boga en Europa de entonces, el manierismo, cuyas principales características eran el tratamiento de las figuras de manera un tanto alargada, con la luz focalizada en ellas.
El singular desarrollo artístico esbozado hasta aquí ha llevado a José de Mesa y Teresa Gisbert a afirmar que:
"el fenómeno cuzqueño es único y señala en lo pictórico y cultural el punto en que el americano enfrenta con éxito el desafío que supone la constante presión de la cultura occidental" ♥♥♥
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